En los oscuros recovecos de un mundo antiguo, donde los susurros de lo divino se entrelazaban con las luchas de la humanidad, emergió la vida de Siddhartha Gautama, posteriormente venerado como Buda. Nacido en la opulencia, pero atormentado por el descontento existencial, su viaje desde la comodidad principesca hasta la renuncia ascética fue asombrosamente dramático: una historia conmovedora, impregnada de angustia y revelación. Al presenciar el sufrimiento expuesto ante él como la tierra cruda después de una tormenta, abandonó la riqueza por la soledad, lanzándose de cabeza a una búsqueda incesante de la iluminación. En medio de un dolor abrasador y una desesperación ennoblecedora bajo las extensas ramas del árbol Bodhi, se enfrentó a Mara, la personificación misma de la tentación y el miedo, para finalmente alzarse triunfante hacia una profunda comprensión. Así nació el "Dharma", iluminando caminos envueltos en oscuridad; un legado tallado no sólo en experiencias terrenales sino grabado eternamente en corazones que anhelan paz en medio del caos: un testimonio del espíritu indomable que buscó la liberación del sufrimiento mismo.